Del “todo los derechos reservados” al “algunos derechos reservados”. El cambio significó mucho más que un simple juego con una frase archiconocida. De partida, implicó la consolidación de un movimiento, el de la cultura libre, que de forma transversal ya estaba moviéndose en diversos espacios, especialmente en el del software y la educación libre.
El 16 de diciembre del 2002, Lawrence Lessig, abogado norteamericano especialista en derecho en Internet, fundaba la organización sin fines de lucro, Creative Commons.
Para Lessig, como aclaró en un libro fundacional, “Cultura Libre” (acá para descarga legal), había una inminente tensión en el mundo cultural, entre la tradición y las nuevas tecnologías digitales. Así, por un lado, la infraestructura digital existente animaba a los creadores a compartir, mezclar y publicar de formas muy variadas; pero por el otro, el sistema vigente se invocaba el derecho de autor cada vez que se realizaba una copia. En voz del propio Lessig en entrevista con la “Revista de la OMPI”:
“En ese momento, la visión predominante era que si no te movías en el campo tradicional de “se reservan todos los derechos”, o estabas en contra del derecho de autor o eras un pirata. Lo que intentamos fue encontrar un término medio porque vimos que, de hecho, muchos creían en el derecho de autor pero no en que sus obras de creación debieran estar tan estrictamente reguladas como lo estaban en el modelo vigente. Por ello decidimos crear un sistema de aceptación expresa y voluntaria por el que los creadores pudiesen darles a sus obras todas las libertades que quisieran. Este sistema cree en el derecho de autor, porque en esencia se trata de una licencia, pero también encarna los valores que sustentan esos contextos de creación (o ecosistemas) en los que no es el mercado el que define las normas de intercambio sino que estas dependen de la capacidad de compartir y de construir libremente a partir de la obra de otros”.
Desde el año 2005, Creative Commons tiene jurisdicción en Chile. Aquello ha sido fundamental para dar garantías a los autores que adopten CC. Como Claudio Ruiz, co-líder de Creative Commons Latam, declaró cuando recién CC se adoptó en nuestro país:
“A partir de hoy, los autores tendrán certeza que las licencias que adapten responden también a la legislación chilena y que, por tanto, para poder hacer efectivos los derechos reservados en ellas, se podrá acudir incluso a los tribunales de justicia si fuese necesario”.
Hoy, Creative Commons se extiende por otros países del mundo y presta sustento jurídico a todos los creadores y público que apuestan a compartir. Porque más allá de ser un set de licencias, de lo que se trata Creative Commons es de construir puentes sustentables entre todas las personas que creen que el acceso a la cultura y el conocimiento, es lo que realmente importa para el fomento a la creatividad y la innovación de una comunidad.
Por eso, la celebración de estos 10 años no es solo de una organización: es de todos los que se sienten convocados por el proyecto de la cultura libre. ¡Felicidades y gracias por compartir!
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