Hace poco publicamos la noticia de la edición con Creative Commons (CC) de la banda sonora de la próxima película de Andrés Waissbluth, “199 recetas para ser feliz”. Nos comunicamos con uno de los participantes de este proyecto musical, Andrés Valdivia, para conocer algo más del por qué decidieron ocupar estas licencias en vez del copyright. Acá, su testimonio.
andrés.valdivia@hixaga
En general Andrés, ¿por qué o bajo qué circunstancias, un creador debería licenciar con Creative Commons su obra?
Creo que cualquier músico que esté en el negocio de ampliar su “fan base” más que en el de vender su música, debería licenciar su trabajo con CC. Pero no porque sí, sino porque es muy importante poder decirle al usuario a qué tiene derecho y a qué no al momento de descargar tu trabajo. Eso es central. No sólo es una buena práctica digital (si es que eso existe), sino que es importante al momento de pensar en construir una industria donde la distribución gratuita sea parte del juego. Por otra parte, y desde la trinchera más obvia, resulta relevante para los mismos autores el poder proteger sus trabajos contra usos que no son parte de su idea: regalar tu música no es lo mismo que dejar que cualquiera haga lo que quiera con ella. O si lo quieres ver desde el otro lado: una cosa es poner el acento en hacer crecer tu “fan base” y otra es permitir que se lucre o con tu trabajo sin la retribución correspondiente.
¿Crees que esta forma de licenciar la banda sonora es beneficioso para la película? Si es así, ¿cómo se dan esas ventajas?
Es beneficioso desde un punto de vista súper pragmático: hoy en día en Chile es imposible lograr que una banda sonora llegue a tener una distribución masiva en formatos como CD u otros. Esto hace que muchas veces música notable quede restringida sólo a las salas de cine. Entonces, si el negocio de vender la banda sonora está vedado de entrada, el no lincenciarla para su distribución gratuita- con las prevenciones no comerciales correspondientes- es realmente perder una oportunidad flagrante. Es bueno para la película (más gente escucha su música, más gente se entera de ella) y es bueno para la música (permite que el trabajo sea escuchado en lugares e instancias en las que no habría sido posible antes sin dañar el negocio).
¿Fue difícil poner de acuerdo a los participantes de esta banda sonora para licenciar con Creative Commons su trabajo?
En este caso no. Yo ya había tenido una experiencia relativamente exitosa al licenciar NudoCiego, por lo que la cosa no fue compleja. Ayudó también que la canción central de la banda sonora (Nutria, Detén el Invierno) se encontrara previamente licenciada de la misma manera, y que el productor de la banda sonora (Cristián Heyne) ya hubiese trabajado anteriormente con licencias de este tipo.
[…] Por cierto, ya habíamos dado la noticia que la banda sonora de su última película, “199 recetas para ser feliz”, se liberó para el público también bajo una licencia de Creative Commons. Puedes encontrar al músico Andrés Valdivia, uno de los participantes de esta obra, dando su visión de este hecho en CC Chile. […]
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